Se ha evaluado un gran número de domicilios de ancianos comprobándose que en todos hay obstáculos que dan lugar a caídas. Los más frecuentes identificados son alfombras, esterillas, entradas a la ducha demasiado altas, zonas deslizantes y escalones, unido todo ello a falta de iluminación adecuada. Para disminuir todos estos riesgos se han llevado a cabo medidas sencillas de prevención que hagan de los hogares un lugar más seguro, con el objeto de estudiar a partir de ahora si el número de caídas se ve muy reducido. En la vejez es muy común que haya caídas, en las que intervienen muchos factores. Uno de los más importantes es el ambiente en el que vive el anciano, ya que a menudo la caída se produce en el propio domicilio y se debe directamente a la presencia de un obstáculo en su camino. Es frecuente que el paciente haya convivido con esos obstáculos toda la vida sin que le hayan causado problemas, pero llega un momento en que no es capaz de esquivarlos de la forma...